El anillo del Señor de los Anillos (Parte I)
Este artículo no está dedicado a la Tierra Media ni a sus historias. Me refiero a otro Señor de los Anillos, el que reside en el firmamento. Es el último planeta conocido por el mundo antiguo. Bautizado por los romanos como Saturno, el Cronos de la mitología griega. Devorador de hijos según la leyenda, para asegurarse su supremacía. Pero uno de sus hijos sobrevivió y se convirtió en Dios supremo, Zeus o Júpiter, según quién lo narrara. En el cielo y a simple vista también compiten en luminosidad, aunque sale ganando el Dios de los Dioses, Júpiter. En los primeros años de telescopio, cada uno guardaría una sorpresa. Galileo fue quien primero los estudió. Júpiter nos tenía reservada la constatación de una revolución, la revolución copernicana. Gracias a las observaciones de las lunas de Júpiter, Galileo observó por primera vez otro centro de giro que no era la Tierra, hecho que le convenció de la veracidad de las hipótesis de Copérnico.
Cuando apuntó a Saturno vio un mundo extraño, que calificó como un planeta “con orejas”. La presencia del anillo que rodea el disco de Saturno, visto con su telescopio rudimentario, lo confundió con un disco alargado o con un sistema triple, con un cuerpo mayor flanqueado por dos cuerpos menores. Una vez descubierto la verdadera naturaleza del anillo, muchos astrónomos y aficionados desde esos momentos hasta nuestros días, ya tenían escogido su objeto favorito del Sistema Solar o incluso de todo el Universo, Saturno.
La primera interpretación de la naturaleza del anillo la realizó Christian Huygens, que postuló que era un disco de materia delgado y plano rodeando a la esfera planetaria. Además apreció que Saturno nos mostraba el anillo con diferente inclinación, de manara periódica, en ciclos de 11 años. En un primer momento se pensó que era un disco uniforme hasta que Giovanni Cassini observo un hueco, el mayor de los que tiene, en 1675. El siguiente paso importante sobre la naturaleza de los anillos de Saturno lo dio Pierre-Simon Laplace. Postuló que los anillos no eran “compactos” ya que teniendo en cuenta la fuerza de la gravedad y la fuerza centrífuga de las partículas de los anillos, las velocidades que llevarían no podria ser única, sino que dependería de la distancia al planeta. Por lo tanto, los anillos deben de estar compuestos de “secciones”, cada una girando a velocidad distinta, disminuyendo conforme la distancia radial aumenta. La confirmación de este hecho se realizaría de forma teórica James Clerk Maxwell y de forma experimental por efecto Doppler realizada por James E. Keeler y William W. Campbell.
Tras el paso de las Voyager y de la Cassinni se terminó la determinación de su estructura. Se han observado 8 regiones. De la más interna a la más externa serían la D, C, B, A, F, H, G y E. Cada una de las zonas comparte ciertas propiedades, que pueden diferir de unas a otras zonas. Los huecos también tienen distinta anchura. Veamos una tabla resumen ordenada por distancia a Saturno.
Zona | Rango de distancia (Km. al centro de Saturno) | Anchura (Km.) |
Anillo D | 66900 – 74510 | 7500 |
Anillo C | 74658 – 92000 | 17500 |
Anillo B | 92000 – 117580 | 25500 |
División de Cassini | 117580 – 122170 | 4700 |
Anillo A | 122170 – 136775 | 14600 |
División de Roche | 136775 – 139380 | 2600 |
Anillo F | 140180 | 30 – 500 |
Anillo H | 149000- 154000 | 5000 |
Anillo G | 166000 – 175000 | 9000 |
Anillo E | 180000 – 480000 | 300000 |
Al anillo C, la división de Cassini y el anillo A se le han podido estudiar su estructura
Anillo C
- Hueco de Colombo
- Aro de Titán
- Hueco de Maxwell
- Aro de Maxwell
- Hueco de Bond
- Aro 1470RS
- Aro 1475RS
- Hueco de Dewes
División de Cassini
- Hueco de Huygens
- Aro de Huygens
- Hueco de Hershel
- Hueco de Russell
- Hueco de Jeffreys
- Hueco de Kuiper
- Hueco de Laplace
- Hueco de Bessel
- Hueco de Barnard
Anillo A
- Hueco de Encke
- Hueco de Keeler
El anillo D es el más interior, descubierto por la Sonda Voyager. Es muy tenue y mediciones hechas con la sonda Cassini han descubierto que es una sucesión de aros muy juntos. Lo más peculiar es que no están sobre un plano liso, sino ondulado, debido a las perturbaciones gravitatorias de Saturno.
El anillo C fue descubierto por Willian y George Bond en 1850. Tiene un grosor de 5 metros y como característica especial, una reflectividad vertical muy baja, lo que lo hace trasparente visto desde arriba.
El anillo B es el más grande, brillante y denso de los anillos. Tiene fluctuaciones de espesor entre los 5 y 15 metros y también de reflectividad llegando a cantidades de luz reflejada del 99% de la luz incidente.
El anillo A está separado del B por la división de Cassini y es el más brillante de los anillos exteriores. Tiene cerca de su borde exterior otros dos huecos muy marcados, de Encke y de Keeler.
Los cuatro anillos exteriores, el F, G, H y E son muy estrechos y todos han sido descubiertos recientemente, el F por la Pioneer 11 y los demás por la conjunción de las Voyager, Cassini y los telescopios Hubble y Splitzer.
A esta estructura hay que sumar varios arcos de anillos externos e internos que completan esta obra de arte de la naturaleza.
¿De qué están compuestos los anillos? ¿Cómo y cuándo se creó esta estructura tan compleja? ¿Es eterna o pasajera? ¿Es estática o cambia con el tiempo? Intentaremos dar respuesta a algunos de estos interrogantes en la segunda parte del artículo